No sé en qué momento cerré los ojos. En varias ocasiones sentí que no podía moverme... como si mi cuerpo no lograse imitar los movimientos que mi Yo quería hacer. Estaba fuera de mi cuerpo. Pero recuperaba rápidamente el control. Me costaba abrir los ojos para estar atenta cuando tuviera que bajar. No reconocí donde estuve varias veces. El viaje fue eterno, hasta que bajé.
No me gustó mucho lo de hoy, se me ocurrieron cosas muy locas, se me saturó la cabeza de tantas auto-críticas. Fue horrible, mi mente gritaba. Me asusté mucho. Una vez más comprobé que no le importo a mucha gente, nunca nadie va a quererme... No debería importarme. Mas me siento sola todo el tiempo. Tengo una máscara puesta desde hace mucho tiempo para protegerme, tan bien la sujeté que ya no puedo quitármela, nade puede conocerme.
Estoy sola otra vez.
No puedo querer... Querer siempre me lastima.
Terminé desvariando como siempre