lunes, 9 de julio de 2012

Qué turbio...
Estaba leyendo unas entradas terroríficas, muy buenas realmente. Me decido salir de la página, cuando me doy cuenta de que tenía el celular en la mano izquierda, apretándolo con fuerza. Despertándome un poco, logro escuchar la música de fondo que yo misma puse minutos antes y veo 2 mensajes no leídos. Comienzo a leer el primero (que en realidad es el último que llegó):

Él va a hacer todo el trabajo mientras corra desesperadamente por su vida...

Y el siguiente:

Fue lo primero que se me ocurrió pero tengo paja... Así que eché gasolina por toda la casa y prendí fuego al gato.

Este último me hizo sonreír y sentí alivio. Era Demon, su implacable piromanía y odio a su (tan amado también) gato. Recordé cuando me contó un rato antes de leer las historias de terror que tenía frío y paja, debido a la hora y bueno, al frío. 
En este momento tengo los brazos ligeramente congelados, el calor de la estufa sólo contempla mis piernas. No hay más café, tengo que comprar. No quiero salir, implicaría cambiarme para hacerlo, ser atormentada por la luz matutina... Ahhhhh *espira lento* pero hoy viene él. Vale la pena hacer un poco de juerza


En fin, no sé qué más contar. 
Adiós. 

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