Porque no hay nada para mí ahí afuera. Ya no. No tengo nada que hacer en este mundo. No soy útil. No sé hablar, no puedo tratar con las personas fácilmente. No las entiendo. No entiendo lo que hacen y dicen. Estoy incómoda, me siento incómoda cuando alguien me habla.
Estas condiciones de vida son inmundas, no las soporto. Esta casa no es un buen lugar para ser feliz. Y me da miedo salir. Este es el momento en el que una especie de aro de espinas aprieta mi garganta.
Detesto cada fibra de mi ser, y no puedo escaparme de mí misma. Todo lo que veo es todo lo que no quiero ser. Y aún así no se va, no quiere irse. Mi vida es un montón de cadáveres putrefactos.
No sé. No sé qué más.
Intenté muchas veces escribir esto, no estoy conforme con lo escrito, ni con lo vivido, claramente. Pero por alguna extraña razón siento que tengo que hacerlo.
Y ahora me voy.
A flotar en otro lugar de la imaginación.