Entonces me levanté de la silla, frente al monitor, fui a buscar mi celular para ver si tenía algún mensaje. Como no tenía ninguno, llevé el celular a mi habitación, lo dejé en la cama, me saqué el pantalón y pensé en voz alta:
Lo que voy a hacer es ir a comprar un Marlboro común... Un delicioso paquete de Marlboro, sí señor.
Me puse otro pantalón, las zapatillas, me até el pelo y fui. Regresé a casa y puse una sinfonía de la concha del gato, para llorar de alegría en cada movimiento.
jevi,
ResponderEliminarpor lo menos estoy seguro de que no te pasa como a mi, que se te vence el credito directamente por no tener con quien usarlo jaja. terrible.